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Malvinas/Falklands: la revancha
Por Mirko Lauer (Escritor)
Casi 30 años después de concluida, la guerra de las Malvinas/Falklands ha dado un respingo, ahora como conflicto comercial por petróleo. Desde 1998 en que se encontró reservas, Argentina ha lamentado cada vez más no haber podido recobrar esas islas bajo soberanía británica, y ha mantenido un permanente reclamo sobre ellas.
En los últimos tiempos la exploración petrolera de los ingleses se ha escalado. Se calcula que hay bajo las aguas que circundan las islas 60,000 millones de barriles, la cuarta parte de las reservas de Arabia Saudita, el N°1 de OPEP. Es el tipo de noticia que ha venido irritando a un gobierno argentino con crecientes problemas de caja.
Ahora Buenos Aires ha pasado a la acción. Las naves que circulan entre Argentina y las islas ahora tienen que pedir autorización, gesto que parece la antesala de intento de negociar con Londres en otro plano. Operar desde cualquier otro punto significaría un considerable aumento en los costos logísticos de las empresas petroleras.
Con esto se le abre al gobierno de Cristina Kirchner la posibilidad de jugar la carta nacionalista más a fondo, y de negociarse un acceso al negocio petrolero en las inmediaciones de la zona disputada. Aunque el crudo no empezará a brotar antes de cinco años, la bandera y el conflicto han empezado a flamear desde ahora.
Una parte de la prensa inglesa ha tomado la iniciativa argentina con poco humor, la califica como un bloqueo de la navegación en la zona de las Malvinas/Falklands, y no descarta que Kirchner escale los gestos de fuerza. Por lo pronto una nave de Techint (los fabricantes de tubos) ha sido detenida en puerto argentino.
Es un hecho que hoy Argentina no está en mejores condiciones para ir a la guerra contra Gran Bretaña que en 1982. Pero al mismo tiempo su argumento para ponerse firme es mucho más sólido, al haber llevado las cosas a tierra firme, donde sus derechos son indisputables. El petróleo ha mejorado sus cartas negociadoras.
¿Pero habrá negociación? Londres se ha resistido a toda discusión del tema en los foros internacionales, y es probable que por un tiempo se resista a hacerlo bajo la nueva presión. Pero le sería sumamente costoso mantener esa resistencia mucho tiempo. Además con el petróleo aparece algo más negociable que la soberanía de las islas.
En cambio el tiempo parece a favor de Kirchner. Una guerra de declaraciones o, mejor todavía, una mesa de negociación le darían parte del oxígeno que necesita para salir de sus problemas políticos internos. Si lo logra habrá obtenido una suerte de guerra de las Malvinas de baja intensidad, incluso con algo de petróleo al final del túnel.
Fuente: Diario La República. Jueves 18 de Febrero del 2010.
Recomendado:
Petróleo en las Islas Malvinas.
Historia de la Guerra de las Malvinas.
Por Mirko Lauer (Escritor)
Casi 30 años después de concluida, la guerra de las Malvinas/Falklands ha dado un respingo, ahora como conflicto comercial por petróleo. Desde 1998 en que se encontró reservas, Argentina ha lamentado cada vez más no haber podido recobrar esas islas bajo soberanía británica, y ha mantenido un permanente reclamo sobre ellas.
En los últimos tiempos la exploración petrolera de los ingleses se ha escalado. Se calcula que hay bajo las aguas que circundan las islas 60,000 millones de barriles, la cuarta parte de las reservas de Arabia Saudita, el N°1 de OPEP. Es el tipo de noticia que ha venido irritando a un gobierno argentino con crecientes problemas de caja.
Ahora Buenos Aires ha pasado a la acción. Las naves que circulan entre Argentina y las islas ahora tienen que pedir autorización, gesto que parece la antesala de intento de negociar con Londres en otro plano. Operar desde cualquier otro punto significaría un considerable aumento en los costos logísticos de las empresas petroleras.
Con esto se le abre al gobierno de Cristina Kirchner la posibilidad de jugar la carta nacionalista más a fondo, y de negociarse un acceso al negocio petrolero en las inmediaciones de la zona disputada. Aunque el crudo no empezará a brotar antes de cinco años, la bandera y el conflicto han empezado a flamear desde ahora.
Una parte de la prensa inglesa ha tomado la iniciativa argentina con poco humor, la califica como un bloqueo de la navegación en la zona de las Malvinas/Falklands, y no descarta que Kirchner escale los gestos de fuerza. Por lo pronto una nave de Techint (los fabricantes de tubos) ha sido detenida en puerto argentino.
Es un hecho que hoy Argentina no está en mejores condiciones para ir a la guerra contra Gran Bretaña que en 1982. Pero al mismo tiempo su argumento para ponerse firme es mucho más sólido, al haber llevado las cosas a tierra firme, donde sus derechos son indisputables. El petróleo ha mejorado sus cartas negociadoras.
¿Pero habrá negociación? Londres se ha resistido a toda discusión del tema en los foros internacionales, y es probable que por un tiempo se resista a hacerlo bajo la nueva presión. Pero le sería sumamente costoso mantener esa resistencia mucho tiempo. Además con el petróleo aparece algo más negociable que la soberanía de las islas.
En cambio el tiempo parece a favor de Kirchner. Una guerra de declaraciones o, mejor todavía, una mesa de negociación le darían parte del oxígeno que necesita para salir de sus problemas políticos internos. Si lo logra habrá obtenido una suerte de guerra de las Malvinas de baja intensidad, incluso con algo de petróleo al final del túnel.
Fuente: Diario La República. Jueves 18 de Febrero del 2010.
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